El fin de semana es ideal para hacer un recorrido por el teleférico, en este caso el de la 17 o Eduardo Brito hasta la Charles de Gaulle diferente a como lo realizan los usuarios que cada día utilizan el teleférico para hacer sus diligencias de trabajo o estudios.
Desde las alturas se escucha durante el recorrido salsas, merengues de Millie Quezada y Fernando Villalona, dembows, música urbana al más alto volumen, bachatas de Romeo Santos, Frank Reyes, música típica, se siente en los barrios la música de un fin de semana cualquiera.
También podemos escuchar desde el aire ruidos de motos, niños jugando, una guagua platanera y sus pregones: llevo los plátanos, platanazos, dale lechosa, lechosa hawainana, ay dale aguacate, aguacate maduro y verde. Dale limones a cinco pesos los limones.
Además se escucha la animación del locutor Dj Adonis y otros.
Mientras las cabinas del teleférico se desplazan se pueden escuchar aplausos en un cumpleaños, gritos de niños y niñas cucurucú, el sonido de un gallo cantando.
También escuchamos un perro ladrando insistentemente.
Se escucha entonar a un grupo musical barrial cantando yo soy dominicano, yo soy dominicano, cerca de la estación de Sabana Perdida.
Finalmente, en una piscina llena de gente se escucha una bachata de los primeros tiempos de Leonardo Paniagua, Dejaré mi tierra por ti.
La mente se relaja y no es necesario tener el sentido de la vista para disfrutar lo que los oídos pueden multiplicar del día a día de nuestros barrios en donde los ciudadanos muestran su felicidad aunque no les sobre el dinero. Sencillamente disfrutan la vida con sus detalles y gozos.