La OTAN objeta la reclamación de Putin de interrumpir su expansión al Este

Por: Redacción Mirador Central

La brecha entre la OTAN y Rusia se agranda. Después de la primera reunión que han mantenido sendos actores en más de dos años, la temperatura sigue siendo altísima. Ambas partes están seriamente enfrentadas y alertan sobre una peligrosa escalada de la tensión militar en torno a Ucrania.

“Hay un riesgo real de un conflicto armado en Europa si Rusia usa la fuerza”, ha subrayado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, al acabar el encuentro, tras rechazar la exigencia de Moscú de detener la expansión de la Alianza y la retirada del armamento a las fronteras de 1997.

 Fuentes occidentales advierten de que si los contactos diplomáticos fracasan y el presidente ruso, Vladímir Putin, ataca Ucrania, se estará “ante el primer acto de una nueva Guerra Fría”.

“Estamos en un momento definitorio para la seguridad europea”, ha aclarado contundente Stoltenberg nada más empezar su comparecencia. Y es “definitorio”, en su opinión y en la de los 30 países aliados que componen la OTAN, porque lo que Rusia exige para detener la escalada de tensión en su frontera con Ucrania supone una vuelta a las reglas que regían la política exterior durante la Guerra Fría.

“Decir ‘tú no puedes entrar en la OTAN porque estás muy cerca de Rusia’ crearía un área de influencia. Los que venimos de países pequeños (Stoltenberg es noruego) cercanos a Rusia sabemos que eso es peligroso”, ha argumentado para explicar que la Alianza Atlántica mantendrá su política de puertas abiertas a aquellos estados que quieran adherirse.

“Los países tienen derecho a decidir su camino”, ha remachado el secretario general, es decir, a entrar en la OTAN si así lo quieren, algo que Ucrania solicitó ya en 2008. “No permitirlo es volver a los parámetros de las esferas de influencia”, ha incidido, una idea que no dejan de repetir en Bruselas en las últimas semanas para evitar el retorno de un modelo de relaciones internacionales como las del pasado.

Un reporte del periódico El País indica que ya antes de comenzar la reunión, fuentes de la organización militar aliada han señalado que las posiciones se encontraban muy alejadas “porque las propuestas de Putin son inasumibles”. Esto se ha constatado en la reunión: “Difícil”, “franca”, “necesaria, “abierta”, según los adjetivos utilizados por Stoltenberg.

En la sede de la Alianza en Bruselas, donde han acudido los viceministros rusos de Exteriores, Aleksandr Grushkó, y de Defensa, el coronel Aleksandr Fomin, intenta transmitirse la idea de que solo el hecho de sentarse en la misma mesa negociadora es “importante y útil”, pero aquí acaba todo el mensaje positivo que pueden trasladar los aliados. Porque en este punto empiezan a señalar todas las barreras que ponen desde Moscú para empezar un diálogo de “buena fe”.