Cuando el año pasado Estados Unidos se retiró apresuradamente de Afganistán, el presidente Joe Biden prometió no permitir que el nuevo régimen de los talibanes hiciera del país un refugio seguro para los terroristas.
Casi un año después, los principales asesores de seguridad del presidente le sugirieron que agentes de inteligencia podrían haber localizado al líder de alQaeda, Ayman al-Zawahiri, en Afganistán.
En sesiones informativas, autoridades del gobierno indicaron a la prensa que creían que Zawahiri había regresado a Afganistán el año pasado, tras producirse el colapso del gobierno respaldado por occidente.
Aún no es claro qué ocurrió con el cuerpo de Al Zawahiri luego del ataque.
Al Zawahiri se habría instalado con su esposa e hija en un gran complejo con altos muros protectores en el centro de Kabul.
El barrio que escogió Zawahiri, un área relativamente próspera llamada Choorpur, había acogido embajadas y viviendas de diplomáticos extranjeros bajo la anterior administración.
Ahora, la mayoría de los altos funcionarios talibanes viven en las lujosas instalaciones de esa zona.
Los espías estudiaron patrones de comportamiento de los residentes de la casa, incluidos los particulares gestos de una mujer que los espías identificaron como la esposa de Al Zawahiri.
Los funcionarios aseguraron haber reconocido su uso de las «habilidades» terroristas al intentar evitar el acceso de personas a la vivienda de seguridad de su esposo en Kabul.
No abandonaba casa
Los informes indican que observaban que, desde que llegó a la casa, Al Zawahiri nunca abandonó las instalaciones y tenía el hábito de asomarse, de vez en cuando y por cortos períodos de tiempo, a un balcón frente a los muros de la propiedad.
Para Biden, la oportunidad de matar a uno de los hombres más buscados por Estados Unidos entrañaba muchos riesgos.
Al Zawahiri vivía en un barrio residencial densamente poblado.
En mayo y junio, el líder estadounidense se centró en la guerra en Ucrania y en impulsar una legislación histórica sobre el control de armas y el cambio climático.
Pero, en secreto, un grupo «muy pequeño y selecto» de altos funcionarios de inteligencia preparaba varias opciones para mostrárselas.
Biden había encargado a los agentes de inteligencia asegurarse que en el ataque no murieran civiles, incluyendo la familia de Zawahiri y funcionarios talibanes.
El 1 de julio el presidente estadounidense reunió a altos funcionarios, entre ellos el director de la CIA, William Burns, y la directora de inteligencia nacional, Avril Haines, para una sesión informativa.
En las semanas siguientes los funcionarios se reunieron en la sala de crisis de la Casa Blanca, un centro de comando similar a un búnker bajo el edificio pensado para que el presidente controle situaciones límite dentro y fuera del país.
Planearon metódicamente la operación, tratando de anticipar cualquier pregunta que pudiera hacer el presidente.
Debaten legalidad ataque
Un reducido equipo de abogados se reunió para evaluar la legalidad del ataque y concluyó que Al Zawahiri era un objetivo legítimo por «su papel de liderazgo continuo en al Qaeda, y su participación y apoyo operativo para los ataques del grupo».
El 25 de julio, tras convocar a su equipo por última vez y pedir la opinión de sus principales asesores, Biden autorizó el ataque.
A las 6:18 hora local (1:38 GMT), dos misiles Hellfire disparados por un dron alcanzaron el balcón de la casa de Zawahiri, matando al líder de al Qaeda. Los miembros de su familia resultaron ilesos, informaron autoridades de inteligencia.
Después del ataque, las ventanas de la casa parecían destruidas, pero sorprendentemente no se observaban más daños.
Muchos analistas creen que se utilizó una versión poco conocida del misil Hellfire, sin ojiva explosiva.
Esta variante -llamada AGM-114R9X- posee seis cuchillas que se despliegan en la superficie del misil a medida que se acerca al objetivo.
La energía cinética provocada por la velocidad de esta arma es lo que causa la destrucción, ya que hace trizas todo lo que alcanza y minimiza los daños colaterales.
A miles de kilómetros de distancia, en Washington, el presidente fue informado del éxito de la operación. (BBC Mundo)